La triste verdad sobre el COVID-19 y la esquizofrenia

Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos se esfuerzan por aplanar la curva de COVID-19, se ha adoptado un enfoque único para la población en general. Para quienes pertenecen a ciertos grupos marginados, como las personas con esquizofrenia y otros trastornos relacionados, estas estrategias pueden ser menos efectivas. La esquizofrenia puede ser impredecible en el mejor de los casos, pero el COVID-19 conlleva un conjunto completamente nuevo de riesgos.

Mayor riesgo y malos resultados

La esquizofrenia y los trastornos relacionados presentan síntomas de delirios, alucinaciones, comportamiento desorganizado, deterioro cognitivo y falta de percepción. Además, muchas personas diagnosticadas viven en viviendas colectivas o se encuentran en situación de calle. Las personas diagnosticadas con esquizofrenia tienen menos probabilidades de adherirse a las medidas de protección debido a las características de estas afecciones. Cada uno de estos factores las hace más susceptibles a contraer COVID-19.

El tabaquismo es una práctica frecuente en el 60% de las personas con esquizofrenia, lo que aumenta el riesgo de complicaciones en caso de desarrollar COVID-19. Los medicamentos antipsicóticos que se recetan habitualmente, como la clozapina, también parecen estar relacionados con la muerte por neumonía en los coronavirus. Las disparidades en el acceso a la atención sanitaria y las enfermedades crónicas coexistentes también aumentan el riesgo de un pronóstico desfavorable en caso de infección.

Impactos del COVID-19 en la salud mental 

Impacts from COVID-19 on Mental Heath

Experimentar una pandemia en primera persona puede afectar negativamente la salud mental de cualquier persona. Quienes padecen esquizofrenia y otros trastornos relacionados se enfrentan a efectos mucho más extremos. El virus COVID-19 y su tratamiento pueden exacerbar las características de estas afecciones. El aislamiento y los tratamientos para la COVID, como los esteroides, se han asociado con una mayor gravedad de los síntomas y la psicosis.

Estas poblaciones también tienden a tener grupos sociales más pequeños. Si bien les resulta más fácil mantener el distanciamiento social, se ven interrumpidos los encuentros casuales en farmacias, supermercados, cafeterías, etc. El aislamiento y la imposibilidad de acceder a los recursos de la comunidad conllevan la posibilidad de un mayor riesgo de agresión y suicidio.

Hacia dónde vamos desde aquí

Aún queda mucho por aprender sobre los impactos de la COVID-19 en la salud mental en general, pero también en particular en estas poblaciones vulnerables. Si bien puede resultar difícil adoptar un enfoque que modifique las medidas de protección para cada excepción, la verdadera ayuda vendrá de quienes brindan atención a estos pacientes. Mantener las citas regulares (ya sea virtuales o presenciales) y aumentar la atención entre ellas son algunas recomendaciones para garantizar la continuidad de la atención y que el tratamiento se mantenga intacto.

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La investigación clínica nos ayuda a aprender más sobre la esquizofrenia y otras enfermedades relacionadas. Este conocimiento se utiliza luego para mejorar las opciones para quienes reciben el diagnóstico mediante estudios de investigación. Los estudios de investigación clínica pueden ser una opción si a usted o a un ser querido se le ha diagnosticado esquizofrenia. Para obtener más información sobre nuestros próximos estudios sobre esquizofrenia, llame al (937) 424-1050 o visítenos. aquí.

Referencia:

https://academic.oup.com/schizophreniabulletin/advance-article/doi/10.1093/schbul/sbaa051/5826166#202961619

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